miércoles, 10 de octubre de 2007

MIS ABUELOS TAMBIÉN FUERON MÁRTIRES

Entré en el camarote y abrí el paquete sin saber exactamente lo que me encontraría dentro, lo único que sabía es que una parte de mi vida se hallaba entre esos cartones.

En su interior encontré varias cartas, fotos antiguas de mis abuelos y otras fotos de parte de mi familia que ni siquiera conozco, ni me conocen, pero que independientemente de eso forman parte de mi camino hacia Itaca.

La historia se remonta a cinco años antes de estallar la Guerra Civil. Mis abuelos se casaron jóvenes, ella 18 años y el 21. Cuando estalló la guerra mi abuelo, que pertenecía a UGT, se alineó, como no podía ser de otra manera, con la República. Mi abuela se trasladó con sus dos hijas a su pueblo, mientras mi abuelo se quedó luchando en la zona de Lleida y Barcelona.

Durante la guerra, mi abuela, enferma de amor se trasladó a la Ciudad Condal a fin de ver a su marido. Casualidades de la vida, el dejó el frente unos días para trasladarse al pueblo, quería ver a su mujer y a sus dos hijas. Esa fue la primera vez en que el destino jugó en su contra, en esa partida tuvieron una mala mano. Ambos regresaron a sus lugares de origen sin haberse visto.

Al final mi abuelo tuvo que huir a Francia.

Tras un año sin saber si su marido seguía vivo o por el contrario había muerto, mi abuela recibió una carta. Ella no sabía leer por lo que le dijo al cura del pueblo que le dijera lo que en ella ponía.
Este le dijo que mi abuelo no quería saber nada de sus hijas y de ella, que se había vuelto a enamorar y a rehacer su vida. Que se podía esperar de un rojo. En realidad lo que ponía es que la amaba con locura, que deseaba pasar con ella el resto de su vida, que la añoraba y le decía un sitio de la frontera y unas fechas donde las esperaría. Deseaba empezar de nuevo y con el destino a favor.

Evidentemente ella no fue. Mi tía me ha dicho que por las noches la oía llorar desconsoladamente.

Ellos también fueron mártires, también pasaron su calvario, pero no necesitan que nadie los canonice.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nunca hubiera adivinado lo que encontraste en ese paquete... Me da pena como acabo la historia...pero estoy segura que siguieron amandose toda la vida. No puedes volver atras, cerrar el paquete y no abrirlo nunca??? A veces es mejor no saber cosas del pasado...