lunes, 29 de octubre de 2007

CANSADO

Ha llegado la hora mágica, la hora de coger el cuaderno de bitácora y escribir, pero hoy estoy cansado, terriblemente cansado. Ni siquiera la luna me hace compañía, el cielo está encapotado, no se ve ni una estrella, la única luz que se divisa, a unas cuantas millas, es la del faro del Fangar.

Está empezando a llover así que no me queda más remedio que cobijarme en el interior de mi pequeño barco. Enciendo una lámpara y abro el cuaderno, dispuesto a escribir, aunque no sé exactamente el qué. Es increíble como impone un folio en blanco. Hoy es la típica noche en que dejaría de buscar mi camino, abandonaría mi nave, mi pequeña isla y esperaría, viendo como el tiempo o la vida misma se escapa como agua entre mis dedos, a que Itaca me encontrara a mí.

En estos momentos soy como aquellos vagamundos sentados en los andenes de una estación cualquiera, esperando que llegue un tren en el cual puedan subirse para ir a ninguna parte o a cualquier parte. Hombres que nada tienen que celebrar, hombres abandonados por ellos mismos y por los demás, hombres sin promesas por que no hay nadie a quien prometer nada. Quizás ellos también, en un momento de su vida, intentaron llegar a Itaca.

Oigo como el agua golpea, con fuerza, en las ventanas del camarote. Me quedo ensimismado viendo como las gotas de agua resbalan por los pequeños cristales.

Espero que mañana sea un mejor día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo haberte sentido mas feliz en algun momento durante este viaje... has pensado en buscar compañia??? A veces cuando uno se siente debil para enfrentarse a si mismo lo mejor es buscar un buen apoyo. Nunca deberiamos viajar solos y menos en barco, la mar es muy solitaria y hay que estar muy fuerte para surcarla.

Animo!!!