miércoles, 31 de octubre de 2007

ASESINATOS MACHISTAS

El otro día oí una noticia en la radio, me dejó impresionado, total que apunté el dato en un bloc a la espera de poder hacer un comentario con tranquilidad. Creo que ha llegado el momento.

La noticia que oí era la siguiente:

La delegada especial del Gobierno contra la Violencia sobre la Mujer, Encarnación Orozco, puso ayer encima de la mesa datos fríos y a la vez tan escalofriantes como que la media mensual en España es de 5,3 muertes de mujeres por violencia sexista. Apuntó que según los datos recogidos por el Instituto de la Mujer, que van desde el año 2000 hasta junio de 2007, 476 han sido las mujeres que han fallecido a manos de su pareja. El punto álgido lo marcó 2004 con 72 mujeres, seguido de 2003 con 71.”

No entiendo qué es lo que puede empujar a una persona, supuestamente enamorada de su víctima, a matarla. No soy psicólogo, ni psiquiatra, ni nada por el estilo, simplemente soy un hombre. Un hombre que en determinadas ocasiones, desgraciadamente cada vez más a menudo, se avergüenza de los individuos que son de su misma especie. El dato es escalofriante, en siete años (hasta junio de 2007) han muerto 476 personas, y lo más lamentable es que esta masacre no tiene visos de terminar. Además está el peligro de acostumbrarte a este goteo de víctimas, peligro a ser inmune, a no responder ante estos hechos.

Yo me pregunto ¿qué pasaría si cada mes murieran cinco personas a causa del terrorismo?, seguramente saldrían a la calle partidos políticos, organizaciones pacifistas, los políticos pondrían el grito en el cielo y unos a otros se culparían de lo que ocurre, etc. En cambio un hombre mata a su pareja, compañera, novia o ex pareja y no ocurre nada. Un obrero se mata en la construcción y los sindicatos se manifiestan pidiendo más medidas de seguridad en las obras (lo cual me parece necesario) pero sigo preguntándome por qué nadie se manifiesta cuando muere una víctima de la violencia machista. Me gustaría que alguien me respondiera.

¿El motivo por el cual matan? Creo que es por que ven a la mujer como una posesión, como un coto privado en el cual pueden hacer o deshacer a su antojo. Desde el momento en que se enamoran creen que esa otra persona pasa a ser nuestra. No entienden que esa persona nació libre y sigue siendo libre para decidir lo que quiere hacer con su vida, y sobre todo, con quien quiere compartirla. Evidentemente, ver con otro hombre a la mujer que amas, tiene que hacer daño. Eso lo entiendo, pero si realmente la amas, debes de respetar su decisión y apartarte de su camino. Aunque te joda el alma.

El caso de Suecia es curioso, es un país donde el machismo apenas existe, sin embargo los asesinatos de mujeres es tanto o más alto que aquí, con lo cual me reafirmo en el tema de la posesión como uno de los factores fundamentales que mueven a determinados hombres a matar.

¿Soluciones? Las desconozco, lo que está claro es que la vía judicial y penal es una de las soluciones pero, sin duda, no es la solución, ni siquiera hay una única solución. Se habla de educar y entonces me remito de nuevo al caso de Suecia. Seguramente la educación que reciben sus jóvenes es bastante más tolerante que la de aquí, sin embargo también matan.

La verdad es que es un tema complicadísimo, difícil de atajar, pero lo más triste es que mientras los especialistas deciden que hacer, para evitar ese goteo de víctimas, ellas siguen muriendo.

Si alguna vez alguien lee esto le pido sólo una cosa: cuando oigas, leas o veas en televisión que una mujer ha muerto a manos de su pareja, no oigas la noticia con indiferencia, como si ya nos hubiéramos habituado a esas muertes. Creo que en esos momentos hay que pararse y reflexionar.

No seamos indiferentes.

lunes, 29 de octubre de 2007

CANSADO

Ha llegado la hora mágica, la hora de coger el cuaderno de bitácora y escribir, pero hoy estoy cansado, terriblemente cansado. Ni siquiera la luna me hace compañía, el cielo está encapotado, no se ve ni una estrella, la única luz que se divisa, a unas cuantas millas, es la del faro del Fangar.

Está empezando a llover así que no me queda más remedio que cobijarme en el interior de mi pequeño barco. Enciendo una lámpara y abro el cuaderno, dispuesto a escribir, aunque no sé exactamente el qué. Es increíble como impone un folio en blanco. Hoy es la típica noche en que dejaría de buscar mi camino, abandonaría mi nave, mi pequeña isla y esperaría, viendo como el tiempo o la vida misma se escapa como agua entre mis dedos, a que Itaca me encontrara a mí.

En estos momentos soy como aquellos vagamundos sentados en los andenes de una estación cualquiera, esperando que llegue un tren en el cual puedan subirse para ir a ninguna parte o a cualquier parte. Hombres que nada tienen que celebrar, hombres abandonados por ellos mismos y por los demás, hombres sin promesas por que no hay nadie a quien prometer nada. Quizás ellos también, en un momento de su vida, intentaron llegar a Itaca.

Oigo como el agua golpea, con fuerza, en las ventanas del camarote. Me quedo ensimismado viendo como las gotas de agua resbalan por los pequeños cristales.

Espero que mañana sea un mejor día.

jueves, 25 de octubre de 2007

POEMA 15

Ha llegado el momento mágico de coger un libro, en este caso de Pablo Neruda. Como siempre, lo abro al azar y sale "Poema 15". Dice así:

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

MIS DIVAS DEL JAZZ










Hay determinados momentos en los que mientras navego me gusta escuchar música. Me permite abstraerme de la soledad que me rodea. He optado por mis tres divas del jazz. Algunos, cuando lean la lista, pueden decirme que faltan nombres, como por ejemplo Ella Fitzgerald o Sarah Vaughan. Es posible que tengan razón, pero la música es un sentimiento y al oírla te tiene que llegar al alma, te tiene que embrujar. Esa música es la que al cerrar los ojos te transporta a un mundo lleno de magia, de sensaciones, en definitiva, te llega o no te llega al alma.

El orden en que las escribo no tiene por que ser el orden de preferencia así que creo que la mejor opción es nombrarlas por riguroso orden alfabético.

En primer lugar Billie Holiday, apodada Lady Day por su elegancia.
En segundo lugar Carmen McRae.
Y por último, pero no por ello menos importante, Nina Simone.

Escucharlas es un lujo, aunque si tengo que ser sincero, creo que la voz de Billie Holiday es incomparable. Fue una de las grandes, sino la mejor, vocalista de jazz. Cuando cantaba lo hacía con tanta pasión… Una vez ella dijo “Mi canto se basa exclusivamente en los sentimientos. No puedo cantar nada que no sienta”, “Si descubres una melodía y tiene algo que ver contigo, no hay nada que desarrollar. La sientes sencillamente”.

Era una mujer con una voz excepcional, de hecho dicen que al final de su carrera, cuando su voz era un hilo frágil y apenas perceptible, fue cuando cantó mejor que nunca.

Mi canción favorita se titula “SOLITUDE”

Otra voz excepcional es la de Carmen McRae. Con 17 años (otros dicen que con 19) se presentó a un concurso para aficionados en el mítico teatro Apollo de Harlem. En ese concurso ella misma se acompañó al piano, ganó el primer premio.

Billie Holiday y Carmen fueron íntimas amigas, esta última llegó a decir “Si Lady Day no hubiera existido probablemente yo tampoco”. No sólo sus gustos musicales eran los mismos, también compartían gustos en el consumo de sustancias estupefacientes.

De esta cantante la melodía que más me gusta es la que se titula “ DO YOU KNOW WHY?.

Por último Nina Simone (en realidad se llamaba Eunice Waymon, pero se cambió el nombre en honor a la actriz francesa Simone Signoret), una voz terriblemente peculiar, de las que te envuelven y te atrapan sin que puedas remediarlo. A mí, después de escucharla repetidas veces, aún me apabulla. Su voz está asociada a clásicos inmortales.

Admiro a esta mujer por que, a parte de ser una de las mejores cantantes de jazz, fue una mujer comprometida con su raza. De hecho en 1974 abandona su país, Estados Unidos, debido a la creciente ola de racismo. Ella se consideraba afroamericana.

Cuando murió, en una localidad del sur de Francia, sus cenizas fueron distribuidas por varios países africanos.

De esta gran mujer mis canciones favoritas son “HE AIN´T COMIN´ HOME NO MORE”,

“DON´T YOU PAY THEM NO MIND” y por último “LILAC WINE”.



Ya veo el faro del Fangar, así que ya estoy cerca del delta del Ebro.

LA LUNA Y EL PRIMER AMOR

Me he despertado a media noche, estoy completamente desvelado. Opto por salir del pequeño camarote y subir a cubierta. Parece que todo sigue igual que hace unas horas, el poniente sigue agitando suavemente las velas del barco y las luces de la costa siguen en el mismo lugar. Lo único que ha cambiado es la posición de la luna y las estrellas.

En verano, en mi pueblo, recuerdo noches en que la luna surgía del mar completamente roja. Era, y es, una imagen de las que se te quedan en el interior del alma, imposible de olvidar. Se elevaba lentamente hacia el infinito al tiempo que pasaba de un color rojo intenso a uno blanco, pero no por ello menos intenso. Tenía un magnetismo que te envolvía de tal manera que todo a tu alrededor dejaba de existir.

Recuerdo una noche en que la visión de la luna elevándose por encima del mundo la compartí con mi primer amor, aquel que dicen que nunca se olvida, aquel que te hace sentir mariposas revoloteando en el estomago, aquel en el que tu vida ya no es tu vida sino su vida. Nuestra alma se evapora y deja de existir por que ella no está.

La primera vez que una chica te acaricia la mano y tú no sabes que hacer, más que temblar de emoción y de miedo por no saber que hacer. Te das cuenta que un simple roce de sus dedos con tus dedos te quiebra el corazón. Surgen miles de emociones hasta entonces desconocidas, pero increíblemente maravillosas. Esa primera mirada, directamente a los ojos, intentando averiguar qué puede haber en su interior, qué maravilla esconden, qué tesoro guardarán para nosotros. ¿Y el primer beso?, quien no recuerda su primer beso. No sabía exactamente qué hacer. Es verdad que en las películas lo había visto muchas veces pero ahora era yo el actor principal e intentaba, inútilmente, ganarme el Oscar al mejor actor. Lo único que me reconfortaba es que ella estaba tan nerviosa como yo. Con el paso del tiempo estoy convencido que no ganamos el Oscar al mejor actor y actriz principal, pero si creo que nos merecimos el Oscar a los mejores actores secundarios.

Realmente todas las primeras veces suelen tener algo de mágico, tanto que pasan a formar parte de mi viaje, nuestro viaje, hacia Itaca.

Por experiencia sé que en estos momentos de soledad mi mejor compañía es la poesía de Benedetti. Cojo el libro, abro una hoja al azar y aparece el poema “Corazón coraza”, dice así:



Corazón coraza

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero si no te miro
amor si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre y tienes frío
tengo que amarte amor tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.


Veo que está empezando a amanecer. Estoy cansado y se me va a hacer dura la travesía. Da igual, ha sido una noche mágica y eso ya compensa todo.

miércoles, 24 de octubre de 2007

DE NOCHE

De noche, en la mar, parece que las estrellas tengan vida propia. Brillan de una manera especial. Junto con las luces de la costa y una pequeña lamparita, son la única compañía que tengo.

Cuando miro las luces que se ven a lo lejos me imagino la vida en el interior de esas casas. De pequeño, desde mi habitación veía pasar el tren, de noche las luces de los vagones estaban encendidas y ya, en esos momentos, me gustaba imaginarme que pasaba en el interior de esos trenes. Seguro que había gente feliz, pensando que al final del trayecto alguien a quien amaba profundamente le estaría esperando. Otros habían cogido ese tren huyendo de algo, quizás de su propia vida, quizás buscando romper ataduras y empezar de nuevo, intentando encontrar, que no llegar, a Itaca.

He puesto el Cd de Ry Cooder Buena Vista Social Club, una música muy apropiada para el momento y he cogido uno de mis libros favoritos. Se trata de un libro sobre la pintura de Edward Hopper, un pintor americano de los años 20.

Recuerdo la temporada que fui a una academia de pintura. Tenías el lienzo, blanco e inmaculado, y poco a poco iba cobrando vida. De la nada empezaban a surgir texturas y colores, figuras y sombras, sentimientos encontrados, dudas sobre la mezcla a utilizar. Todo ello era, y es, un proceso lleno de magia.

Hopper refleja en sus cuadros, de una manera excepcional, la luz, concretamente el color de la luz. En determinados cuadros ese color es un personaje más del lienzo. A mí me recuerda a la luz del Mediterráneo, una luz clara, sublime en determinados momentos, una luz que me transporta a mi niñez. Pero me gustan especialmente los cuadros donde hay personas, con aspecto de perdedores en su gran mayoría, e imaginarme que es lo que le había llevado a plasmarlas en esa tela. Pero por encima de todo, de la técnica utilizada, de los colores, de la precisión del trazo lo que más me gusta de sus cuadros es que, al igual que las luces de la costa o la de los vagones, me permite imaginarme esas vidas.

Me llega al alma esa mujer solitaria, sentada en la cama de una habitación cualquiera de un hotel cualquiera, mirando a la nada y esperando, quizás nada también. La acomodadora del cine, apoyada en la pared, sin hacer caso a una película que ha visto ya miles de veces y que como su vida, no le aporta nada. Esos tres personajes en la barra del bar, de noche, que han coincidido en ese lugar de casualidad, que no se conocen de nada y que sólo tienen en común que nadie les espera en su casa, que nadie les va a preguntar ¿qué tal el día?, ¿todavía me quieres?...Que decir también de esa habitación de Nueva York, donde una pareja o mejor dicho, dos individuos están pero como si no estuvieran, como si fueran invisibles el uno para el otro. Otro cuadro que inspira la soledad en que podemos llegar a vernos inmersos, es el de esa mujer sentada sola, como quien ha dejado pasar todas las oportunidades que nos brinda la vida y ya no le queda nada…ya no espera nada ni a nadie que la rescate de ese vacío.

Evidentemente eso es lo que me imagino yo, que no tiene por que ser lo correcto ni siquiera lo incorrecto. La verdad sólo la sabe el pintor y la magia que le llevó a pintar esos personajes.

El viento a girado a poniente y ha empezado a refrescar. Es hora de acostarse, mañana me espera una larga jornada y quiero llegar hasta la zona del Delta del Ebro.

miércoles, 17 de octubre de 2007

MIRADAS








Hoy mientras navegaba he oído en la radio que en las playas de Tenerife han llegado 160 emigrantes en varios cayucos. Después he ido al camarote y he revisado fotos que había guardado de periódicos antiguos.

Lo que más me llama la atención son las miradas de esas personas, lo que transmiten y lo que dejan entrever. También imagino lo que habrán cambiado esas miradas a medida que ha ido pasando el tiempo. Esas miradas, ahora de desesperación en la mayoría de los casos, también tuvieron infancia y desde luego, seguro que no imaginaron que su vida dependería de la estabilidad de un pequeño barco de madera.

Ellos también jugaron detrás de un balón, o algo redondo parecido a una pelota, hicieron cabañas y fantasearon con miles de aventuras en países lejanos, imaginaron ser héroes salvando a bellas princesas de ébano, incluso pudieron imaginar que se embarcaban en una bella goleta que les transportaría a otras costas. Lo que jamás imaginaron es que esas aventuras, y esa goleta, discurrirían a bordo de un pequeño barco hacinado, sin sitio para comer, teniendo que hacerse encima sus necesidades básicas. No se imaginó que tendría que aguantar que le cayera el vómito de la persona que está a su lado, y mucho menos que tendría que aguantar el frío de la noche tapándose con el cuerpo de su amigo fallecido.

Después de todas estas vicisitudes llegan, algunos, a nuestras costas y tienen que huir, buscarse la vida, aguantar que los que estamos aquí les miremos con indiferencia, eso en el mejor de los casos, en el peor, la mirada es de desprecio del que piensa que su vida vale más que la de los demás, sobre todo si los otros son negros, sudamericanos o de cualquier otra raza que no sea la blanca.

Cuantas veces se oye por la calle “para ladrones ya están los de aquí”, “no se adaptan”, “nos molesta ver a las mujeres con velo” (éste es un tema que quiero tratar con tranquilidad) etc,etc… y yo me pregunto ¿por qué en lugar de aprovecharnos de sus recursos y dejarlos en la miseria más absoluta, no les damos la oportunidad y los medios necesarios para que ellos, los verdaderos propietarios de su riqueza, saquen su propio beneficio? de esta manera se evitaría que tuvieran que abandonar su tercer mundo y venir al primero (me gustaría saber quien marca el orden de los mundos y en base a qué, dudo que nosotros seamos el primer mundo, excepto en destruir a la madre tierra, en eso si somos, sin ninguna duda, los los primeros). Hablamos de falta de adaptación y yo me pregunto de nuevo ¿los misioneros, los conquistadores, los colonizadores se adaptaron a su cultura? NO, ellos, los conquistados, los colonizados, incluso estando en su tierra tuvieron que adaptarse a los extranjeros. Nos quejamos cuando ellos abren una Mezquita, ¿acaso nosotros, en Sudamérica, por ejemplo, tuvimos algún tipo de reparo en destruir a todos sus ídolos para construir iglesias y así más fácil poder adoctrinarlos?.

SOMOS una cuadrilla de hipócritas.

Gracias a Dios (si es que existe, cosa que no tengo nada claro, pero eso es otro tema) que entre nosotros también hay personas buenas que les da igual el color de la piel, que siempre están donde se les necesita, que siempre tienen una mirada de esperanza, de tranquilidad y consuelo para los que llegan.

Este post va para ellos y para los que llegan, por mi parte sólo me queda decir “sed bienvenidos”.

A lo lejos veo la silueta de un gran mercante, una estampa imponente. Me imagino un frágil cayuco a su lado, sin duda, una estampa imponente.

Se me ha olvidado poner el piloto automático y creo, por el faro que hay en la costa, que me he salido del rumbo marcado. No importa, cualquier rumbo es bueno, si lo eliges libremente y yo ya he elegido el mío.



UN AMIGO EN LA MAR

Por fin el viento ha cambiado y ha girado a un levante suave. He preparado todo el velamen, ya estoy navegando de nuevo. La verdad es que echaba en falta la brisa del mar, el ruido de las velas al rozar con el viento, el agua rompiendo sobre el casco de mi barco, en definitiva, la tranquilidad que me aporta sentirme en medio de la nada dirigiendo mi rumbo, de nuevo, hacia Itaca.

Llevaba poco tiempo navegando cuando me ha sobresaltado el sonido del teléfono. Al otro lado de la linea se encontraba una persona muy cercana y la que aprecio mucho. Me ha dicho que se ha embarcado. Perdió su empleo en tierra y como no encontraba nada, al final ha optado por enrolarse en un barco pesquero.

Hemos estado hablando largo rato y al final de la conversación le he deseado toda la suerte del mundo y por supuesto le he dicho que tenga cuidado con la mar, que la trate con respeto, que no le dé excesivas confianzas, que la quiera pero no demasiado por que la mar engancha. Y que no es lo mismo el Mediterráneo que el Cantábrico.

Es la primera vez que va a navegar, no se como reaccionará ante el primer temporal, cuando el barco cabecee y la proa se introduzca en el agua, como si la mar se la fuera a engullir. Es valiente ,testarudo y un poco orgulloso, lo justo, así que estoy seguro que resistirá, y aguantará, el combate.

Sea lo que sea le deseo toda la suerte del mundo. Un abrazo y cuídate.

AMANTES


Esta foto es en honor de mis abuelos, los que se amaron.

miércoles, 10 de octubre de 2007

LO QUE NECESITO DE TI

Este bello poema lo escribió Benedetti, pero yo prefiero pensar que lo escribió Manuel, un hombre que se quedó sin patria, a Mariana, una mujer que se quedó sin amor.

Se titula “Lo que necesito de ti”.

No sabes como necesito tu voz;
necesito tus miradas
aquellas palabras que siempre me llenaban,
necesito tu paz interior;
necesito la luz de tus labios
!!! Ya no puedo... seguir así !!!
...Ya... No puedo
mi mente no quiere pensar
no puede pensar nada más que en ti.
Necesito la flor de tus manos
aquella paciencia de todos tus actos
con aquella justicia que me inspiras
para lo que siempre fue mi espina
mi fuente de vida se ha secado
con la fuerza del olvido...
me estoy quemando; aquello que necesito ya lo he encontrado
pero aun !!!Te sigo extrañando!!!

MIS ABUELOS TAMBIÉN FUERON MÁRTIRES

Entré en el camarote y abrí el paquete sin saber exactamente lo que me encontraría dentro, lo único que sabía es que una parte de mi vida se hallaba entre esos cartones.

En su interior encontré varias cartas, fotos antiguas de mis abuelos y otras fotos de parte de mi familia que ni siquiera conozco, ni me conocen, pero que independientemente de eso forman parte de mi camino hacia Itaca.

La historia se remonta a cinco años antes de estallar la Guerra Civil. Mis abuelos se casaron jóvenes, ella 18 años y el 21. Cuando estalló la guerra mi abuelo, que pertenecía a UGT, se alineó, como no podía ser de otra manera, con la República. Mi abuela se trasladó con sus dos hijas a su pueblo, mientras mi abuelo se quedó luchando en la zona de Lleida y Barcelona.

Durante la guerra, mi abuela, enferma de amor se trasladó a la Ciudad Condal a fin de ver a su marido. Casualidades de la vida, el dejó el frente unos días para trasladarse al pueblo, quería ver a su mujer y a sus dos hijas. Esa fue la primera vez en que el destino jugó en su contra, en esa partida tuvieron una mala mano. Ambos regresaron a sus lugares de origen sin haberse visto.

Al final mi abuelo tuvo que huir a Francia.

Tras un año sin saber si su marido seguía vivo o por el contrario había muerto, mi abuela recibió una carta. Ella no sabía leer por lo que le dijo al cura del pueblo que le dijera lo que en ella ponía.
Este le dijo que mi abuelo no quería saber nada de sus hijas y de ella, que se había vuelto a enamorar y a rehacer su vida. Que se podía esperar de un rojo. En realidad lo que ponía es que la amaba con locura, que deseaba pasar con ella el resto de su vida, que la añoraba y le decía un sitio de la frontera y unas fechas donde las esperaría. Deseaba empezar de nuevo y con el destino a favor.

Evidentemente ella no fue. Mi tía me ha dicho que por las noches la oía llorar desconsoladamente.

Ellos también fueron mártires, también pasaron su calvario, pero no necesitan que nadie los canonice.

martes, 9 de octubre de 2007

FOTOS DE NUEVA YORK
























OTOÑO EN LA GRAN MANZANA

La tramontana sigue soplando, lo que me obliga a seguir amarrado a puerto si bien, las predicciones dicen que en unos días cambiará el viento y se levantará un levante suave. Mientras ello ocurre continúo revisando fotos y diarios de antiguos viajes. Ahora toca Nueva York.

Esa ciudad, gracias a las películas y a las bandas de jazz, me había cautivado desde bien pequeño. Mi admiración por ella era, y es, comparable a la admiración que siento por la poesía de Mario Benedetti. Con eso lo digo todo.

Recuerdo que llegué a la ciudad en otoño. Estuve hasta altas horas de la noche dando vueltas, en todas las guías aconsejaban aguantar hasta bien tarde a fin de poder superar el “jet lag”. Acepté gratamente el consejo.

Esa noche estuve en la zona de Theatre District, concretamente en el centro, en Time Square. Me veía a mi mismo dentro de una película, con esos inmensos letreros luminosos y gente de lo más variopinta, mezclándose unos con otros, conviviendo razas, clases sociales. Estaba realmente apabullado ante tal maremagnum de sensaciones, todas ellas fluyendo brutalmente dentro de mí.

Llegué a la habitación del hotel y me acosté dejando las cortinas abiertas, quería sentir como me despertaba la luz del amanecer de Nueva York. En el MP3 puse a John Coltrane. En esos momentos eché a faltar una mujer hermosa a mi lado.

A través de la ventana vi a la luna, ya se había cubierto la necesidad. Estaba igual de bonita que las noches de verano en las que fondeaba en pequeñas calas, y ella y yo manteníamos una conversación secreta e íntima.

Me levanté y me dirigí a Central Park, concretamente a la zona oeste. Era temprano, no quería perder ni un solo instante, mi único objetivo era empaparme de esta ecléctica ciudad. Llegué a las puertas del edificio Dakota, donde mataron a John Lennon. Recordé mi canción favorita “Imagine”. La estrofa que más me gusta es la que dice:

“Imagina que no hay países.
No es difícil de hacer.
Nada por que matar o morir
y tampoco religiones.
Imagina a toda la gente
viviendo en paz.
Puedes decir que soy un soñador
pero no soy el único.
Espero que algún día te nos unas
y el mundo será sólo uno.”

Desde el edifico Dakota me dirigí a la Bethesda Fountain, desde su magnífica terraza se observa el lago y las frondosas orillas del Ramble. Me senté en un banco a ver pasar la vida.

Ese día, después de una desesperante cola, cogí un ferry que me llevó a la Estatua de la Libertad. En ese momento fue la primera vez que me imagine Nueva York en blanco y negro. Cerré los ojos e intenté adivinar como vieron la ciudad los inmigrantes irlandeses, italianos y de tantos países para los que esta gran ciudad fue su nueva patria.

Durante esos días vi monumentos, puentes, calles, grandes rascacielos, pero es curioso, los había visto tantas veces en las películas, en fotos, televisión etc, que parecía como si mi espíritu se hubiera reencarnado y me dieran la oportunidad de vivir otra vida. Que magia.

Crucé el puente de Brooklyn desde la plaza del City Hall, desde este impresionante lugar las vistas de Manhatan son increíbles. Aproveché para darme una vuelta por la zona de Brooklyn Heights y Downtown. A la tarde me di un paseo hasta la playa de Coney Island, tenía ganas de ver Astroland, el antiguo parque de atracciones.

Otro lugar que recordaré siempre es la calle 42 este, tiene tantas y tantas cosas para ver. Recuerdo el vestíbulo de La Grand Central Terminal. El famoso rascacielos Chrysler Building. Todo ello impresionante.

Pero el plato fuerte vino de noche, ahí volvió el Nueva York en blanco y negro. Deseaba visitar los famosos clubs de jazz donde habían tocado mis ídolos, Billie Holiday, Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Charlie Parker, Miles Davis, John Coltrane y tantos y tantos otros. No me lo podía creer, yo estaba allí. La sala que más me impactó fue la Village Vanguard situada en la 178 Seventh Ave (en la séptima y la calle 11), este garito fue, y es, uno de los clásicos del West Village. En los días siguientes visité el Teatro Apollo de Harlem, el Carnegie Hall, situado en 57 th Street y 7 th Avenue. No me defraudaron, todos ellos resultaron ser unos locales memorables con unas mujeres de color bellísimas, tanto como la música que allí se interpretaba.

Cerré los ojos, dejé que mi alma saliera de mi cuerpo y vagara en cada una de las notas que aquellos instrumentos emitían. Me imaginé a una hermosa mujer a mi lado, acariciándome la mano al tiempo que mi corazón latía apresuradamente…

Me gritan desde la proa del barco, es el marinero del puerto que trae un paquete. No ha estado nada mal recordar ese magnífico viaje, espero tener otro momento para dedicarlo a otras ciudades.

lunes, 8 de octubre de 2007

40 AÑOS DE LA MUERTE DEL “CHE”

40 AÑOS DE LA MUERTE DEL “CHE”


Hoy he escuchado en la radio que mañana se cumplen cuarenta años de la muerte del Che. Mientras sigo fondeado en el puerto escribo esto en el cuaderno de bitácora:

Ernesto Guevara “el Che”, murió el nueve de octubre de 1967 en el caserío de La Higuera, población situada a unos 780 kilómetros de la capital boliviana de La Paz. Una vez asesinado su cuerpo fue trasladado en los patines de un helicóptero a la localidad de Vallegrande, donde su cuerpo maltrecho fue exhibido para escarnio y vergüenza de la humanidad.

Los que vieron el cuerpo dicen que tenía tres disparos, uno mortal en el pecho, pero como los verdugos no tuvieron suficiente con arrebatarle la vida también le cortaron las manos, al igual que la dictadura de Pinochet hizo con Víctor Jara.

A veces me avergüenzo de mis semejantes, o es que quizás son semejantes sólo externamente, y en el fondo son demonios disfrazados de humanos.

Ellos lo quisieron matar y lo mataron, pero sólo físicamente, por que el Che vive, vivió y vivirá en el alma de los aún creen, creemos, que la humanidad se puede mejorar, que aún se puede hacer algo para que los que nos precedan encuentren una sociedad más justa, una tierra que no llore cuando perforen sus entrañas y tantas y tantas cosas por las que hay que seguir luchando… y lucharemos.

Dicen que hoy en día el Che, gracias a la foto que le tomó Alberto Korda en 1960 con boina negra y mirada perdida en el horizonte, se ha convertido en un icono, en una cara pegada a una camiseta, un dibujo en una chapa o pegatina, en un símbolo del que se aprovechan los comerciantes para vender objetos. A mi me da igual lo que digan, incluso puede que tengan razón, pero si eso ocurre es culpa nuestra.

Lo que tenemos que hacer es explicarles a los jóvenes que detrás de esa cara hay una ideología, una forma de vida pero sobre todo, un ser humano que adoraba a los débiles y luchaba, y murió, por ellos. Un hombre que amaba y era amado, un hombre enamorado de su mujer Aleida March, de hecho en la última carta que recibió su esposa, el Che le escribió “te podría decir que te extraño hasta el punto de perder el sueño…”.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE


miércoles, 3 de octubre de 2007

POESIA

Hacía mucho tiempo que no escribía una poesía, no sé que tal me habrá quedado, es igual, luego meteré el papel en una botella para que busque su camino, igual que yo.


PATRIA

Mi patria es el mar que surco.

Mi patria es la tierra que piso.

Mi patria es el sol que me alumbra y da calor.

Mi patria es la luna que me enamora.

Mi patria son los hijos que llevan mi sangre.

Mi patria también son los hijos que no llevan mi sangre.

Mi patria es el árbol que me da sombra.

Mi patria es el agua que sacia mi sed.

Mi patria es el delfín que guía mi camino.

Mi patria es el amigo que siempre está ahí.

Mi patria es el compañero que muere por ti y por los demás.

Mi patria es el lecho donde hago el amor.

Mi patria es la mujer que amo y me ama.

Mi patria es mi madre

Mi patria es mi padre.

Mi patria es toda la gente a la que quiero y me quiere.

Mi patria es el mundo.

Mi patria es el universo.

Y ahora pregunto:

tú, verdugo infame ¿tienes patria?

no, respondo yo,

tu lo que tienes es miedo a la verdad,

a darte cuenta que has matado por nada.

Asesinos, me dais pena.
SÓLO PALABRAS

Esta mañana, mientras revisaba las cartas marinas he oído en la radio que ha habido un nuevo atentado en el País Vasco y me he acordado de una pareja, ambos submarinistas, con los cuales coincidí unos días en las Islas Columbretes.

Su barco se llamaba “Pakea”, me dijeron que significaba Paz en euskera. No me dijeron a que se dedicaban, pero sospecho, por algún comentario que hicieron que eran miembros de la Policía Autónoma Vasca, creo que se llama Ertzaintza (no estoy muy seguro de que se escriba así). Lo que más recuerdo de ellos eran los dos hijos que tenían, eran pequeños y torpes moviéndose por el barco pero en cuanto saltaban al agua se volvían tremendamente ágiles. Yo creo que el agua de la mar producía en ellos una mutación. Me hacía mucha gracia oírles hablar en euskera, a pesar de que, obviamente, no entendía nada. Pero bueno esa es otra historia.

De lo que quiero hablar es de cómo a la gente se le llena la boca con términos que no son más que eso palabras, con un significado sí, pero sólo palabras al fin y al cabo y lo que es imperdonable, y desde luego injustificable, es matar por unas palabras, por mucha importancia que esos términos tengan para uno.

¿Acaso no son más importantes las personas que las palabras?, las palabras por muy importantes que sean no tienen una familia que llore por ellas cuando las borran del papel, las palabras no tienen a nadie a quien contar historias de príncipes y princesas cuando se van a dormir, ni pequeños a los que llevar al colegio, las palabras no tienen a nadie a quien amar con locura, las palabras son sólo eso, palabras.

Más palabras: patria, nación, bandera, libertad, derechos humanos ¿de qué humanos? ¿los que piensan diferente a los que matan no tienen derechos? o ¿es qué no son humanos?. Hablan de libertad y yo me pregunto acaso es libertad tener que salir hacer tu vida acompañado por guardaespaldas, por el mero hecho que no piensan igual que los que se llenan la boca hablando de libertad, eso no es libertad, eso es miedo.

Me gustaría que les preguntaran a esos dos niños si entenderían que sus padres murieran por esas palabras. Miradles a los ojos llorosos y explicadles, si tenéis valor, por que habéis matado a ese hombre y esa mujer, ¡ah¡ claro, ignorante de mí, ya sé por que les habéis matado, por que en el fondo tenéis miedo, sabéis que ellos tienen la verdad.

Me repugna pasar un solo momento más pensando en estas cosas, asi que voy a poner un poco de música, a ver si me relajo. Ya sé, voy a poner “Lágrimas negras” de Bebo Valdés & El Cigala y a ver si para la tramontana de una vez y puedo salir a navegar.

EL TEMPORAL ARRECIA


Llevo varios días atracado, justo cuando iba a pasar el Cap de Creus salió una tramontana que me obligó entrar a puerto. No he perdido el tiempo, he aprovechado para hacer algunas compras, poner un poco de orden en el barco, revisar fotografías, releer cuadernos de bitácoras de otros viajes. También he aprovechado para leer poemas de Benedetti, que como siempre, no deja de sorprenderme.

Ahora estoy en mi pequeño camarote escuchando “Mediterráneo”, es una canción que me trae muchos recuerdo. Es lo que tiene el haber nacido en un pequeño pueblo costero. Recuerdo estar con mi padre, observándole como miraba, con admiración, a los viejos marinos mientras estos contaban historias de la mar, historias de temporales, de cuando iban a la almadraba a pescar bonitos, de naufragios y de épocas en que el pescado no entraba y no tenían nada para vender.
Pero lo mejor de todo, o al menos lo que mas me gustaba, es cuando discutían sobre cual era la mejor zona de pesca, cada cual defendía la suya, aunque estoy seguro que mentían como bellacos para no descubrir cual era realmente la zona buena para echar las redes. Ellos si que eran viejos lobos marinos.

Les veía salir a pescar con sus pequeños botes a remos, alguno, como mi abuelo, no sabia ni nadar pero era el mejor pescando langostas, de hecho se vanagloriaba de que le llamaran el Rey de la Langosta. Recuerdo jugar en su casa con un viejo barco de madera, al tiempo que observaba dos enormes langostas que había disecado. Es curioso, como a medida que te vas haciendo mayor los recuerdos e imágenes que tienes de las personas cambia. En aquella época le admiraba profundamente, ahora no estoy tan seguro. Era tan especial que se murió sin decir cual era la zona donde las pescaba y eso que todo el mundo intentaba seguirle a ver donde las cogía, pero entre otras muchas cosas y no todas buenas, era listo. Dicen que el hambre agudiza el ingenio.

Por cierto esta mañana, mientras daba un pequeño paseo, he visto en la bocana del puerto saltar un delfín. Me ha hecho gracia, he pensado “seguro que es Laieta esperándome para que me haga a la mar y poder guiarme hacia Itaca”. Estoy contento que con todos los marinos que hay buscando su camino me haya elegido a mí para acompañarme, a lo peor es que soy al que ha visto más perdido y por tanto, el que más necesita que le guíen.
Ojalá cuando zarpe de nuevo este allí esperándome. Seguro que sí.