miércoles, 28 de noviembre de 2012

LO SIENTO

Como buen mediterráneo soy pasional en todo lo que hago, aunque esa pasión a veces me convierta en un hombre impulsivo. Cuando me entrego a una persona me entrego a muerte, lo doy todo y todo espero de ella. Cuando amo a alguien lo hago como si fuera a acabarse el mundo, como si mi vida dependiera de sus manos, de sus ojos, de sus palabras y en esos momentos dejo de ser yo para pasar a ser ella. Da la impresión que esa persona me da el aire que necesito para respirar. Soy pasional cuando escribo porque no sé hacerlo de otra manera, porque en esos momentos las palabras surgen a borbotones y a mis dedos les cuesta controlarlas mientras golpean las teclas del ordenador. Soy pasional cuando mis manos se clavan en su espalda, cuando mi pecho se rompe en su pecho. Soy pasional cuando esas sábanas que cubren nuestros cuerpos pasan de ser banderas blancas en son de paz a sábanas rojas llenas de heridas de tanto amarnos.

Pero toda esa pasión también provoca que sea impulsivo y en cierta manera irreflexivo. Lo extraño es que no siempre soy así, solo con la gente que me quiere y a la que quiero, solo con los amigos que siempre están ahí para aguantarme, solo con la gente que sé que me aprecia. Cuando estoy jodido ellos siempre tienen una palabra amable para hacerme sonreír, siempre tienen una mano dispuesta a posarse en la espalda transmitiendo ánimos. Gente que sabes que nunca te va a fallar, gente a la que el único que falla soy yo porque no sé callarme, porque no sé detenerme cinco segundos antes de decir o hacer algo. Hombres y mujeres importantes en mi vida, hombres y mujeres que he ido encontrando en mi travesía hacia mi Ítaca ansiada. Hombres y mujeres, que en mayor o menor medida, forman parte del entramado que compone mi alma compleja y difícil.

En esos momentos me enfado conmigo mismo porque sé de la injusticia que provocan mis palabras. Me avergüenzo por no haber sabido estar a la altura, por haberles fallado y sobre todo por haberme fallado, una vez más, a mí mismo.

Desde aquí pido humildemente disculpas a todos los que alguna vez le han molestado mis palabras y mis gestos.



3 comentarios:

Maria dijo...

Llegué a tu Itaca casualmente, :)
Sólo te digo que seguro que serán aceptadas tus disculpas.
Saludos.

xavi dijo...

No sé si serán aceptadas mis disculpas, lo único cierto es que me apetecía darlas.

Haideé Iglesias dijo...

¿Has conseguido comprender el porqué de tus impulsos irreflexivos? :)

En psicología a esas reacciones se le llama ser reactivo. Lo opuesto, proactivo. Si, proactivo porque te puedes parar cuando vas a actuar.

Han sucedido tantos hechos extraños... y todo para que podamos comprender que podemos hacerlo de otro modo. Que nosotros somos los dueños de la mente. Qué si profundizamos en nosotros mismos descubrimos todo esos porqués que nos hacemos...
Un abrazo Xavi. Tanto tiempo...