viernes, 2 de noviembre de 2012

ESPERAS Y ESPERAS...

Esperas y esperas y quizás nunca llegue a puerto. Esperas y esperas y quizás nunca llegue a Ítaca. Esperas y esperas y quizás ese mar que tanto amo, deseo y añoro nunca llegue a rozar mi piel mientras mi cuerpo desnudo desgrana cada uno de los misterios de tu cuerpo anhelante. Un cuerpo de cantos de sirena rondando mi barco mientras mi vela se tuerce al compás de unos vientos que suplican tu presencia. Esperas y esperas y quizás nunca despierte de esos sueños repletos de esperanzas, de tormentas imprevistas, de amores no resueltos, de sexo sin sexo porque esos sueños solo son espejismos en el horizonte de una mar maltrecha. Esperas y esperas y quizás la luna nunca llegue a iluminar esa alfombra azul por la que se desliza la proa de mi nave mientras yo busco, indago y pregunto al mundo dónde se puede encontrar mi Ítaca deseada, mi Penélope. Esperas y esperas y quizás esos besos buscados y rebuscados nunca lleguen a unos labios secos, rotos y maltrechos por el sol que baña mi alma mientras el sufrimiento invade mi espíritu. Un espíritu hecho añicos en perfecta consonancia con mi cuerpo de hombre convertido en un campo de batalla, un cuerpo hecho jirones de pieles tiradas en cualquier sitio porque cualquier sitio es bueno para perderse sin miedo a caer por acantilados repletos de piedras escarpadas. Esperas y esperas a sabiendas que es lo único que nos queda a los marineros errantes. Esperas y esperas oteando un horizonte lleno de monstruos dispuestos a arrancarte el poco o el mucho valor que puede quedar después de un abordaje a pecho descubierto, sin coraza alguna que proteja ese rumor maldito que corre de boca en boca pregonando la certeza de que un día ese juego se acabe porque eso es lo correcto e incluso lo necesario. Esperas y esperas y deseas que ese amor que amas con timidez y con miedo no se vuelva contra ti, y esa fuerza que va y viene te arranque el alma de manera despiadada. Esperas y esperas y sabes que pasaran los años y seguirás esperando esa ausencia de historias arrancadas de libros de amor, de barcos fantasmas, de tatuajes impresos sobre pieles de marineros aferrados a un timón en medio de una tempestad. Esperas y esperas y quizás sea lo único correcto…esperar.

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