Trazos azules, negros, símbolos, signos unidos por lineas intemporales, movimientos de manos demostrando que la vida existe más allá de un simple papel blanco. Cartas que son mas que cartas, son la prolongación de manos que sujetan sentimientos escritos en momentos de desesperación, en momentos de nostalgia, en momentos alegres o no, pero momentos llenos de vida, de lances arrancados en abrazos y guardados en papeles repletos de ojos que leen e interpretan lo que uno intenta escribir y transmitir.
Cartas que son como las mareas que viven y habitan en mares imaginados, en lugares mágicos, sitios repletos de sensaciones. Cartas que como mareas que son, van y vienen buscando un lugar donde dejarse reposar, donde descansar y que mejor que ser recibidas por la persona que espera, y desespera, por la llegada de esas noticias. Papeles que vuelan en medio de corazones enamorados o corazones truncados y separados por la distancia, corazones que vivieron, y viven, con la esperanza de que algún día encuentren otros cuerpos que añoran momentos en los cuales sucumbieron a los instintos más básicos que un hombre y una mujer, o mejor dicho, dos personas puedan tener. Instintos que a veces nada tienen que ver con amor y desamor, sino que simplemente aparecieron en un momento determinado, en un momento buscado o en cualquier otro momento no elegido ni por uno ni por otro pero que sucedió.
Cartas que tiemblan entre las manos, entre los ojos, entre los dedos de un hombre y una mujer que tocan, que leen, que se deslizan entre esas lineas, entre esas frágiles lineas que conforman un jeroglífico solo descifrable por el inventor de un código secreto. Al fin y al cabo el amor es un código solo entendido, o comprendido, por amantes que se conocen o que incluso sin conocerse excesivamente son capaces de entenderse con una sola mirada, es mas, a veces no necesitan ni siquiera una mirada porque aunque estén de espaldas él o ella, sabe que la otra persona lo está mirando, pero no con los ojos. Se miran con las manos, se miran con sus espaldas, se miran con el papel en el cual escribirán sus "te quiero", "te deseo" y miles y miles de palabras que de manera mágica se transformarán en sentimientos de papel.
Cartas que son como las mareas que viven y habitan en mares imaginados, en lugares mágicos, sitios repletos de sensaciones. Cartas que como mareas que son, van y vienen buscando un lugar donde dejarse reposar, donde descansar y que mejor que ser recibidas por la persona que espera, y desespera, por la llegada de esas noticias. Papeles que vuelan en medio de corazones enamorados o corazones truncados y separados por la distancia, corazones que vivieron, y viven, con la esperanza de que algún día encuentren otros cuerpos que añoran momentos en los cuales sucumbieron a los instintos más básicos que un hombre y una mujer, o mejor dicho, dos personas puedan tener. Instintos que a veces nada tienen que ver con amor y desamor, sino que simplemente aparecieron en un momento determinado, en un momento buscado o en cualquier otro momento no elegido ni por uno ni por otro pero que sucedió.
Cartas que tiemblan entre las manos, entre los ojos, entre los dedos de un hombre y una mujer que tocan, que leen, que se deslizan entre esas lineas, entre esas frágiles lineas que conforman un jeroglífico solo descifrable por el inventor de un código secreto. Al fin y al cabo el amor es un código solo entendido, o comprendido, por amantes que se conocen o que incluso sin conocerse excesivamente son capaces de entenderse con una sola mirada, es mas, a veces no necesitan ni siquiera una mirada porque aunque estén de espaldas él o ella, sabe que la otra persona lo está mirando, pero no con los ojos. Se miran con las manos, se miran con sus espaldas, se miran con el papel en el cual escribirán sus "te quiero", "te deseo" y miles y miles de palabras que de manera mágica se transformarán en sentimientos de papel.
1 comentario:
Te dejo un saludo, porque hoy me falta capacidad para expresarme.
Entiendo y siento tus "sentimientos de papel" perfectamente, pero me he quedado como cuando te sacuden.. - no hablo de violencia - no sé..a veces lo que uno quiere expresar brota fácil, libre, pero otras.. parece agarrarse desde el interior a todas las vísceras.. y esta vez voy a hacer caso y me callo.
un saludo
flor-i
pd. eso si, tu trabajo me parece estupendo..
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