La mar estaba en calma, pero a diferencia de otros días no lucía un sol esplendoroso, más bien todo lo contrario, el cielo se encontraba pintado de un gris azulón que no hacía presagiar nada bueno. Todo ocurrió muy rápido, casi sin darme cuenta, yo estaba situado en la proa, arreglando unos pernos de la botavara cuando note un golpe en la zona de estribor. Algo había chocado contra el casco. Me asomé y vi un salvavidas, atados a él con unas cuerdas se hallaban dos objetos.
He de reconocer que me sorprendió.
Durante todo el día tuve la emisora encendida y no oí ninguna señal de socorro de otra embarcación. Oteé el horizonte y tampoco se veía ningún barco, ni balsa extraviada. Extrañado, cogí un gancho y subí el salvavidas, lo coloqué en la popa, en la bañera, y observé con detenimiento y extrañeza lo que de él colgaba.
El salvavidas era de color naranja, pero al levantarlo me recordó a las piñatas que se suelen colocar en las fiestas de cumpleaños de los niños. Sobresalían dos cuerdas y de cada una de ellas un objeto.
Lo primero que busqué con detenimiento era si en ese aro naranja figuraba el nombre de la embarcación, pero no, no había nada que indicara su procedencia, además por todo lo que en él se había incrustado me dio la sensación de que llevaba bastante tiempo en la mar.
Mientras me hallaba contemplando ese curioso objeto empezó a llover de forma suave. El parte metereológico acertó, venían lluvias y se acercaba un temporal. Dejé el salvavidas en cubierta, bajé al camarote y situé un nuevo rumbo en el piloto automático. Según las cartas náuticas lo que más cerca me quedaba era la isla de Formentera, concretamente a unas quince millas náuticas. No soplaba mucho viento así que me vi obligado a navegar con el motor, quería darme prisa en llegar a la isla y poder resguardarme. Sin embargo, mientras marcaba el nuevo rumbo y miraba las cartas no pude quitarme de la cabeza el viejo salvavidas que había dejado en la bañera del barco.
Subí a buscarlo y lo metí en el camarote.
Sólo estuve un momento fuera pero me calé hasta los huesos, así que pensé que lo primero y más importante sería pegarme una ducha caliente y preparar un buen café. Menos mal que, según mis estimaciones, en poco más de una hora estaría atracado en alguno de los dos pequeños puertos deportivos de la isla.
Con el camarote invadido por el olor del café recién hecho me dispuse a observar con detenimiento aquel objeto que tan misteriosamente había llegado hasta mí.
De una de las cuerdas colgaba una vieja bandera pirata, o lo que quedaba de ella. De las tibias cruzadas sólo quedaban una parte, lo mismo ocurría con el cráneo de la calavera.
De la otra cuerda pendía un recipiente de plástico estanco de color blanco, parecidos a los que solemos llevar en los barcos para guardar objetos. Antes de abrirlo lo moví, no pesaba excesivamente, pero sí pude percibir, por el sonido, que dentro de ese bidón se hallaban varios objetos.
Me costó desenroscar la tapa negra.
Lo primero que saqué fue una bolsa de plástico cerrada, en su interior se encontraban varios papeles y fotografías. Al azar cogí un pequeño papel. Con una caligrafía perfecta pude leer lo siguiente:
(1) “No existe la arcadia feliz en ningún sitio del mundo, supongo. Pero si eres extranjero en un lugar plácido, y si tu corazón vive empapado de literatura, muchos rincones del planeta pueden parecerte una pequeña arcadia. Itaca es pobre, tendida en una abrupta geografía, sin ruinas que visitar, con vino regular y pesca escasa. Pero es Itaca y eso basta”.
Leí otras dos veces ese pequeño párrafo.
Quien quiera que fuera el que arrojó ese salvavidas al mar, seguro que también estuvo buscando su Itaca.
(1) Pág.381 del libro Corazón de Ulises escrito por Javier Reverte
He de reconocer que me sorprendió.
Durante todo el día tuve la emisora encendida y no oí ninguna señal de socorro de otra embarcación. Oteé el horizonte y tampoco se veía ningún barco, ni balsa extraviada. Extrañado, cogí un gancho y subí el salvavidas, lo coloqué en la popa, en la bañera, y observé con detenimiento y extrañeza lo que de él colgaba.
El salvavidas era de color naranja, pero al levantarlo me recordó a las piñatas que se suelen colocar en las fiestas de cumpleaños de los niños. Sobresalían dos cuerdas y de cada una de ellas un objeto.
Lo primero que busqué con detenimiento era si en ese aro naranja figuraba el nombre de la embarcación, pero no, no había nada que indicara su procedencia, además por todo lo que en él se había incrustado me dio la sensación de que llevaba bastante tiempo en la mar.
Mientras me hallaba contemplando ese curioso objeto empezó a llover de forma suave. El parte metereológico acertó, venían lluvias y se acercaba un temporal. Dejé el salvavidas en cubierta, bajé al camarote y situé un nuevo rumbo en el piloto automático. Según las cartas náuticas lo que más cerca me quedaba era la isla de Formentera, concretamente a unas quince millas náuticas. No soplaba mucho viento así que me vi obligado a navegar con el motor, quería darme prisa en llegar a la isla y poder resguardarme. Sin embargo, mientras marcaba el nuevo rumbo y miraba las cartas no pude quitarme de la cabeza el viejo salvavidas que había dejado en la bañera del barco.
Subí a buscarlo y lo metí en el camarote.
Sólo estuve un momento fuera pero me calé hasta los huesos, así que pensé que lo primero y más importante sería pegarme una ducha caliente y preparar un buen café. Menos mal que, según mis estimaciones, en poco más de una hora estaría atracado en alguno de los dos pequeños puertos deportivos de la isla.
Con el camarote invadido por el olor del café recién hecho me dispuse a observar con detenimiento aquel objeto que tan misteriosamente había llegado hasta mí.
De una de las cuerdas colgaba una vieja bandera pirata, o lo que quedaba de ella. De las tibias cruzadas sólo quedaban una parte, lo mismo ocurría con el cráneo de la calavera.
De la otra cuerda pendía un recipiente de plástico estanco de color blanco, parecidos a los que solemos llevar en los barcos para guardar objetos. Antes de abrirlo lo moví, no pesaba excesivamente, pero sí pude percibir, por el sonido, que dentro de ese bidón se hallaban varios objetos.
Me costó desenroscar la tapa negra.
Lo primero que saqué fue una bolsa de plástico cerrada, en su interior se encontraban varios papeles y fotografías. Al azar cogí un pequeño papel. Con una caligrafía perfecta pude leer lo siguiente:
(1) “No existe la arcadia feliz en ningún sitio del mundo, supongo. Pero si eres extranjero en un lugar plácido, y si tu corazón vive empapado de literatura, muchos rincones del planeta pueden parecerte una pequeña arcadia. Itaca es pobre, tendida en una abrupta geografía, sin ruinas que visitar, con vino regular y pesca escasa. Pero es Itaca y eso basta”.
Leí otras dos veces ese pequeño párrafo.
Quien quiera que fuera el que arrojó ese salvavidas al mar, seguro que también estuvo buscando su Itaca.
(1) Pág.381 del libro Corazón de Ulises escrito por Javier Reverte
19 comentarios:
Ah, algún dia la encontarrás. La encontraremos todos los que la buscamos. Intuyo que está mucho mas cerca de lo que pensamos.
Un abrazo.
Tu Itaca... que cerca la tienes, no sé si la respiras.. pero hasta yo puedo olerla.
un besito
Se me ha erizado la piel mientras leía, principalmente la caligrafía.
Sabes??? tiene razón. Es y basta.
bss.
El día que lleguemos a Itaca, será un día feliz, entretanto, no me digas que no es apasionante el camino...si la divisas silba, eso nos animará a continuar camino...si la diviso silbo...así animarás tu camino...
Siempre interesante Xavi, siempre me haces imaginar y ver lo que leo...
BOSCO:
¿sabes una cosa? no tengo ninguna duda de que algún día llegaré a mi Itaca. Pero cada vez tengo más claro que lo importante no sólo es llegar a ella, también es importante el camino que recorres mientras la buscas.
Tu intuición me ha demostrado que sueles tener razón y quizás esté mas cerca de lo que pensamos.
un abrazo y aunque ya te lo he dicho en tu blog. Bienvenido y gracias por la canción de Once.
DYSSAR:
Hay veces, en noches de calma, que cierro los ojos y abro mi alma y por unos instantes...creo que ya he llegado, pero luego me doy cuenta que aún me quedan mil mares que surcar y mil puertos donde atracar mi barco.
besos
BAHHIA:
Me alegro muchísimo de que te haya gustado. El párrafo de Reverte es espectacular, ¡cuanta razón tiene al decir ES Y BASTA!
Un beso
MIMUNDO:
Como le decía a Bosco el llegar a Itaca es el fin pero APASIONANTE como muy bien dices tu es el camino que se recorre en su búsqueda.
Acepto el trato si la encuentro silbo y si la divisas silba. En el fondo todos, como Ulises, buscamos Itaca.
Besos
Es Itaca y Eso Basta!!!...Soy como soy!!! Que lindo ver como te reafirmas en lo que quieres y en lo que sueñas eso es bueno creo que es importante, saber como vamos y cual es la meta, asi uno puede disfrutar del viaje, aunque a veces no nos sintamos seguros. Lo bueno de caminar hacia nuestra Itaca es encontrar en el camino gente como tu. Gracias por hacerme ver y sentir como se navega comodo en tu barca.
Quiero que llegues a Formentera a ver que encuentras en el paraiso...
No dejes de escribir nunca, asi nosotros no deajremos de soñar!!!!
Besikis y ansiosa espero la segunda parte!!!!!
Que lindo el parrafo de Reverte cuanta razon tiene si vieramos todo asi.... y me mataste con la fotooooooooo es hermosa!!!!!! Solo desde tu barca se pueden sacar fotos asi!!!!!
Ya esta nada más.... =) jejejeje
Xavi: A mi tampoco me cabe la menor duda d q tarde o temprano llegaras a Itaca. Ahora bien, espero q el camino hasta alla t sea d lo mas placentero posible
un besazo
Independientemente de como este el cielo, azul o gris, me hace ver un cielo abierto cuando estoy en sus brazos, y eso, suficiente.
Besos y cariños ♥
M.
GISE 1º:
Ante todo darte las gracias, para mí también es importante saber que al otro lado de la pantalla hay hombres y mujeres que ya forman parte de mi camino hacia Itaca; ya sólo por eso valió la pena soltar amarras e iniciar la navegación.
GISE 2º:
El párrafo de Reverte es el complemento pefecto para esa foto. Tanto uno como otro son espectaculares,
Besos
SARITISIMA:
Espero y deseo que el camino sea placentero para todos; aunque sabemos que habrá tormentas y fuegos de San Telmo que harán dificultoso el camino pero sin duda...llegaremos.
Un besazo y espero que estés mucho mejor de ánimo.
VERBO:
Gracias.
Muchos besos
yo algun dia espero regresar a la palabra itaca porque toda mi soledad le pertenece... en toda la extension de la palabra
Ítaca es sólo la representación de ese sueño dorado, de ese paraíso utopico y preciado que todos buscamos y anhelamos con igual ansía. Allí, donde nos espera nuestra Penelope.
Quizás es lo hermoso de Ítaca, el que jamás se haga real.
Un saludo.
Tu odisea me contagia; Si hasta puedo imaginarme las vivencias de lo que con tanta claridad narras.
¿Sabes? Me gustaría acompañarte en este viaje.
Besos♥
JOLIE:
Querida Joli Itaca es mucho más que una palabra. Itaca es un complejo mundo lleno de sensaciones y es tan, tan complejo que ahí radica la dificultad del camino hacia ese mundo inexplorado.
Besos.
LUCIA-M:
Permíteme discrepar, estoy convencido que Itaca, más tarde o más temprano, aparecerá ante mí. Esoy seguro que alguna vez marcaré el rumbo correcto de mi barco y aparecerá Itaca ante mis ojos, como un angel para un final.
Un beso
KUKILIN:
Por supuesto que formas parte de mi viaje ¿lo dudas?. Toda la gente que he ido conociendo en el camino forma parte de mi tripulación.
un beso desde un lugar maravilloso del mediterráneo.
Querido Xavi no publique este coment solo es en relacion a mi post... ando en medio de cavilaciones y este post hace tiempo queria colgarlo... pero como todo mundo me habia percibido acida y malhumorada.. no queria
sinceramente no es un post para todos los hombres... sino para los descompuestos
joder... que no me netendiste?? yo me topo con los descompuestos es por eso el post.... te mando un beso
porque se que tu no eres de esos afortunadamente,,,, desafortunadamente yo no me topo con esos... jeje
Xavi,creo que todos buscamos tu Ítaca. Sólo que cada uno la llamamos de una forma. Para mí es esa ciudad de la que hablaba en un post hace tiempo.
Aunque me estoy replanteando lo que buscar...
un abrazo
JOLIE:
Gracias por la aclaración, me quedo más tranquilo...es que últimamente andas muy cañera.
Besos
EGO:
Creo que hay momentos en la vida que es bueno parar un momento y replantearse qué es lo que hay que buscar y si deseamos encontrarlo.
un abrazo querido amigo
¡HUY! Me siento juntito a tu lado, ya caminando hacia Itaca. ¿Sabes? De verdad me siento muy cerca de vos.
Besitos mil♥♥♥
KUKILIN:
Ya sólo por el placer de haber conocido gente como tu ha hecho que valiera la pena emprender este camino.
Besos
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