domingo, 21 de abril de 2013

COMO TU

Esta época del año me gusta. Los días son más largos, empieza a hacer buen tiempo, aunque aquí, por el Norte nunca se sabe que sorpresas te puedes encontrar. Me gusta, especialmente, porque dentro de tres meses me voy a mi pueblo. Ese mes es el mejor del año. Me levanto sin ninguna obligación, solo que preocuparme de qué a que hora vamos a salir para ir en bici al monte, esperar que a la tarde salga un poco de levante para poder volar mi comenta y si quedo con algún amigo para salir a pescar al calamar. Para los que no lo sepan el calamar se pesca al atardecer, viendo como se van encendiendo poco a poco las luces del paseo, como el sol se va ocultando detrás de las montañas que observan mi pueblo. No sé cuantas veces he visto esa puesta de sol pero os puedo asegurar que cada vez que la veo es especial, siempre hay algún color que cambia, siempre ocurre algo inesperado…de todas maneras desde la mar, o mejor dicho, estando en la mar TODO es especial.

Es agradable estar sentado a babor o estribor con la “potera” enganchada al hilo esperando a ver si pica algún calamar. Es agradable el suave balanceo de la barca. Es agradable la cerveza que tomas con el amigo que no has visto desde hace meses.
He de reconocer que cada vez me cuesta más alejarme de mi pueblo. Lo echo tanto de menos. De todas maneras tengo suerte, a cuarenta y cinco minutos de donde vivo, está mi otro mar…el cantábrico. Concretamente me gusta ir a un pueblo que tiene unas callejuelas y unos rincones espectaculares, al menos para mí y curiosamente desde ahí también se ven unas puestas de sol hermosas. La diferencia es que en el norte el sol se deja caer sobre el mar, se hunde sobre él.

Todos esos son momentos especiales, de los que se te quedan esculpidos en un rinconcito de mi alma, pequeños detalles que hacen que la vida valga la pena vivirla intensamente, instantes especiales…como tú.

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