jueves, 17 de mayo de 2012

PREGUNTAS DE ADOLESCENTE...RESPUESTAS DE ADULTO

Después de un mes de abril lluvioso, al menos aquí en el norte, llevamos unos días con sol, con buena temperatura y eso, al menos a mí, me reconforta y sobre todo me anima a seguir adelante, sin embargo es curioso, cuando vivía en mi Mediterráneo me gustaban los días de lluvia, quizás porque eran escasos. Esos días abría las cortinas de mi habitación, subía hasta arriba las persianas y sentado en mi mesa empezaba a escribir o simplemente a pensar mientras me quedaba embobado viendo como las gotas de agua golpeaban sobre esos cristales acostumbrados a los rayos del sol. Creo que a ellos les gustaba tanto como a mí recibir el agua, seguramente, también igual que a mí, por la falta de costumbre.

En aquella época era un adolescente con múltiples preguntas que por supuesto no tenían respuesta. Ahora, con la experiencia que dan los años, algunas de aquellas preguntas ya tienen respuesta, sin embargo hay días en los que aún me cuestiono o mejor dicho aún tengo preguntas vacías a la espera de respuestas escondidas en algún rincón secreto del que ni siquiera yo sé el sitio, es más ¿estoy seguro de querer saber dónde se encuentra ese lugar? O ¿prefiero que esas respuestas sigan ocultas como un tesoro en el plano de un viejo pirata?, no lo sé, pero qué curioso, esa es la primera pregunta sin respuesta. De todas maneras he de reconocer que sí tengo respuestas al menos para algunas preguntas.

En aquella época me preguntaba dónde terminaba el horizonte de esa mar en la que pescaba junto a mi padre, ahora sé que no tiene fin pero no porque la tierra sea redonda sino porque siempre está cerca de mí, pegadita a mi piel y sentada en mis pensamientos.

En aquella época me preguntaba hacia dónde iban esos trenes que veía, y oía pasar durante la noche con las luces de los vagones encendidas, ahora sé que se dirigían hacía algún lugar, escondido o no, deseado o no, pero que sí tenían un final y un principio, igual que las personas que iban dentro. Lo que aún hoy no sé es si el final es feliz o no, aún hoy no sé si la gente iba o venía, aún hoy no sé si alguien huía mientras su alma gritaba “hasta aquí” con la esperanza de que al llegar “allí” alguien recogiera su espíritu de naufrago como hizo Viernes con Robinson Crusoe.

En aquella época me preguntaba a qué sabrían los brazos de una mujer mientras se agolpaban en medio de una espalda sudorosa entregándose a una lucha sin cuartel. Ahora sé que esos brazos, esas manos, esos dedos…son como serpientes resbalando por la arena del desierto dejando surcos entre los poros de dos cuerpos matándose por entregarse sin ningún tipo de concesión mientras luchan despiadadamente por ver quién ama más a quién.

En aquella época me preguntaba como sería el desamor. Sin embargo esa es la única pregunta que no tuve que esperar para ser adulto para conocer la respuesta porque el desamor igual que el amor no controla ni sabe, ni quiere saber, de edades.

martes, 15 de mayo de 2012

El otro día me preguntó un compañero si había escuchado a Tahures Zurdos, le respondí que no, el me dijo “escúchalos, ya verás como te gustan las letras”. Me picó la curiosidad, escuché varias canciones pero me fijé en la letra de esta canción. Se titula “NO”. Me gustó, habla de la gente que lo da todo por los demás, que se esfuerza aunque sea a cambio de sufrir, para que los que están a su lado sean felices. Gente que esconde sus miedos y carencias sin que se note. Esta entrada va para esas personas.


No, no me asusta la oscuridad
es mentira.
No, tú ya sabes que soy muy fuerte,
todo mentira.
Mi fuerza es mentira,
cuando soy transparente
mi corazón no es de metal.

No, tú ya sabes que nunca lloro
es mentira.
Que soy fluida e inteligente,
todo mentira..
Es una excusa, hermano
y yo misma te la he dado
para que no te sientas mal.
Mi fuerza es una excusa más
para que tú no te sientas mal.

martes, 8 de mayo de 2012

YA HA PASADO LA NOCHE

Ya ha pasado la noche, la semana de noche. Siete días que se han hecho largos, siete días con momentos muy buenos, risas, cafés llenos de comentarios graciosos y…algún que otro momento malo, momentos de nervios, de prisas, aunque para mi favor y sobre todo para mi salud mental he aprendido a desconectar. He visto ojos tristes, ojos que te piden ayuda y yo he intentado brindarles colaboración, o al menos he hecho todo lo que está en mi mano para que cuando salgan por la puerta se vayan con la sensación de que la persona que las ha atendido ha hecho todo lo posible para solucionarle el problema. Espero haberlo conseguido.

Ahora tengo por delante una semana de fiesta, una semana para dedicarme a mis cosas y por supuesto a mí mismo. Os aseguro que me apetece muchísimo. Después vendrán siete días de mañana pero para eso aún quedan muchas, muchas horas, es más, no quiero ni pensarlo.

Esta noche ha sucedido algo curioso. Venía de cenar junto con unos compañeros, la carretera estaba vacía, apenas unas luces de coches y al fondo, entre las nubes que cubrían la noche ha aparecido una luna roja, inmensa, comiéndose todo un firmamento de estrellas invisibles, de estrellas tapadas por una manta oscura pero que con toda seguridad estaban allí observando el mundo y junto a ellas la LUNA, sí, en mayúsculas porque no cabe que se diga de otra manera. Una LUNA majestuosa, impresionante, hermosa como la mujer que amas, hermosa como la mujer que deseas, hermosa como la mujer que esperas que un día esté contigo al llegar a Ítaca y sabes con toda la seguridad que proporciona la esperanza que en esos momentos sus manos cubrirán tus manos, su boca saboreará tu boca, sus labios recorrerán cualquier mínimo resquicio de piel que aun quede sin romperse después de una larga travesía. Una mujer que te amará como solo la mujer que te ama puede hacerlo. Una mujer que romperá el salitre que se deposita en los resquicios de un corazón empapado por esa mar que tanto nos da…y a veces tanto nos quita.

Una vez, hace ya muchos años, quizás demasiados, vi, junto con un amigo…o no, una luna parecida y a pesar de todo, a pesar de un amigo que quizás no era, a pesar de no estar quizás en el lugar adecuado, a pesar de todo eso…tengo grabada la imagen de esa luna brotando de un horizonte oscuro.

Pero me quedo con la última luna…con la que aún no he visto.

martes, 1 de mayo de 2012

...Y ME SIENTO VIVO

Hace aproximadamente un mes que me encuentro en mi nuevo puesto de trabajo, un tiempo que considero más que suficiente para hacer una valoración objetiva de lo sucedido. He de reconocer que al principio me costó, como todos los cambios no elegidos o no deseados, sin embargo estoy contento, tanto con el grupo de gente que me ha tocado trabajar como conmigo mismo.

Estoy satisfecho porque he sabido adaptarme a la nueva situación.

Durante este mes no solo me han sucedido cosas importantes a nivel laboral, también a nivel personal. He tenido la inmensa suerte de estar durante una semana en Eivissa, o lo que es lo mismo Ibiza. Esa isla en medio de mi Mediterráneo ha superado todas las expectativas.

Ahora mismo dejo de escribir para buscar, o al menos intentar buscar, las palabras exactas para describir el cúmulo de sensaciones que llegué a experimentar sentado en esas rocas observando como la mar me engrandecía el alma.

Exceptuando San Antonio, que no me gustó absolutamente nada, el resto de la isla consiguió cautivarme y no solo me refiero a las calas escondidas entre recodos de mar, me refiero también al interior de la isla. A esos pueblos blancos detenidos en el tiempo.

Ibiza, o Eivissa para los que hablamos catalán, tiene un casco viejo digno de ser pisado, respirado. Una atalaya en la que te sientes importante divisando la entrada al puerto con la luz del faro de Formentera haciendo compañía a las miles de estrellas que cubren esa inmensa mar. Puestas de sol rotas únicamente por el perfil de viejas barcas varadas en la arena.

En fin, ha sido un mes intenso en todos los aspectos de mi vida y cuando uno vive con intensidad es señal inequívoca de que está vivo, y así es como me siento ahora…vivo.